Entre las montañas sagradas de los Andes, conocidas como “apus”, se alza majestuoso el nevado Ausangate, admirado por su extraordinaria belleza y respetado por su lugar dentro de la cosmovisión cusqueña: es una cumbre sagrada.
Los amaneceres y atardeceres que se ven desde las cercanías del nevado Ausangate brindan un espectáculo indescriptible. Aquí, podrás admirar los lagos de color turquesa intenso de la zona reflejando el cielo, una imagen que quedará grabada en tu mente.